lunes, 18 de noviembre de 2013

Let it be.

Si algo he aprendido de vivir es que no se puede vivir por alguien,  porque vivir por alguien es morir por alguien. Y la vida se va, y pasa. No pretendo que nadie me entienda porque nadie puede hacerlo ya, y no sé si es que me estoy volviendo loca o que se me están rompiendo los esquemas, esquemas que nunca terminé de componer. Esquemas frágiles que no estaban preparados para tanto daño, para tantos dias grises, para tan pocas risas, para tan pocas ganas. Es cierto eso de que no se puede adivinar el futuro, pero.. ¿Como va a adivinarse? Si yo nunca me esperé estar tan triste, nunca estuve preparada para tantos llantos ni para tantos miedos, nunca pensé que estos momentos podrían llegar hasta mi.
Cuando estás decidida a dejar el pasado y todo esto que hace daño atrás,  ¿Como se da el paso para conseguirlo?  ¿Tan difícil es sentirse vivo? ¿Dónde se recuperan las ganas?
No hay nada peor que querer ser feliz y no encontrar la manera. 
Si eres feliz, nunca dejes de serlo, por nada ni por nadie, porque llegará un día en el que te preguntarás si realmente mereció la pena.

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